¿Porqué nos aferramos? Los amores imposibles
Actualizado: 30 may
No todas las historias de amor se pueden consolidar. Cuando luchar por un amor se convierte en algo muy complicado, entonces, lo más conveniente quizás es que intentemos dejar de anhelar aquello que nunca tendremos a nuestro alcance. El predominio de creencias románticas y la idealización del amor fomentará que estemos abiertos a vivir historias de amor imposibles o dañinas. Hay amores que nos perturban por su fuerza, por su magia y por el impulso que nos dan (al menos en un inicio). Son amores a los que, a menudo, nos entregamos de manera absoluta. En ellos, centramos toda nuestra energía. Per algunas de estas historias están condicionadas por barreras que frenan su libre expresión y la formalización de esta relación. Algunas de estas barreras podrían ser: la distancia geográfica entre las dos personas; la diferencia de clase social, cultura o religión; el compromiso de uno de los miembros con otra persona; el amor no correspondido; una notable diferencia de edad... etc. A menudo, y justamente debido a la presencia de estos obstáculos, este amor puede reafirmarse todavía más, precisamente, porque es una relación complicada. Asimismo, esta fuerza puede acabar haciéndonos mucho daño y podemos llegar a rallar los límites de la obsesión. Muchas veces podríamos luchar por este amor puesto que, probablemente, muchos de estos obstáculos podrían superarse, pero, en otras ocasiones y a diferencia de lo que suele acontecer en el cine o la literatura, en la vida real no siempre será posible salvar los obstáculos existentes. Entonces, este sentimiento de amor que sentimos hacia alguien junto a quien no podemos estar, nos generará un profundo dolor. Llegado este punto, habrá que intentar olvidarnos y rehacer de nuevo el camino sin contar con la persona querida. En estos momentos, es hora de hacer un ejercicio de aceptación y aprender a salir hacia adelante sin esa persona.
El amor platónico se define como aquel amor imposible que se fundamenta en la idealización y las fantasías sobre la persona amada. La persona objeto de este tipo de amor es concebida por su enamorado como alguien absolutamente perfecto y, por tanto, la idealización se lleva al extremos. Esta idealización se daría a menudo en los casos de amor no correspondido, es decir que, en estos casos el enamoramiento hacia el otro perdura porque lo hemos idealizado y porque estamos convencidos de que, si nos amara, lograríamos, sin lugar a dudas, la felicidad. Así, responsabilizamos a la otra persona de nuestra infelicidad. En estos casos, nos hemos enamorado de un ideal de persona y no tanto de la persona que es en realidad. Esta idealización a menudo se debe al hecho que, como que no podemos formalizar la relación de pareja, entonces, esta relación no pasa por las etapas que pasarían otras relaciones como seria la etapa de desidealitzación de la otra persona y es precisamente esta idealización permanente lo que hace que el sentimiento perdure y que no queramos renunciar porque vemos a aquella persona como la ideal y pensamos que nunca nadie la podrá igualar. Esto, a su vez, dificulta la posibilidad de conocer a otras personas y así se genera una espiral en la que se perpetúa la idealización.
Pero ¿Cómo podemos olvidar a un amor imposible? Cuando la realidad nos confronta una y otra vez con la inviabilidad de la relación, entonces debemos renunciar definitivamente a seguir intentándolo.
No podemos vivir permanentemente esperando, ilusionándonos por la llegada de acontecimientos que nunca se dan, o esperando decisiones y actos que nunca llegan. No nos merecemos vivir así.
Esta situación provocará en nosotros un sentimiento de gran frustración, desesperanza y tristeza y, a su vez, impedirá que nos podamos abrir a conocer otras personas que podrían ajustarse a nuestro ideal de pareja y junto a las que podríamos ver cubiertas nuestras necesidades emocionales, afectivas, sexuales...etc Por lo tanto, hará falta que aprendemos a aceptar que, aunque amemos a esa persona, el tipo de relación que podemos mantener con él/ella no es satisfactoria, nos genera sufrimiento, y por lo tanto, no nos conviene. En este punto, debemos centrarnos en nosotros mismos, y mejorar nuestro entorno y nuestra cotidianidad. Cuidarnos . Abrirnos a la experiencia de conocer a otras personas que nos pueden aportar bienestar, apoyo, ilusión, serenidad, amor...etc Recuerda que no mereces vivir esperando a alguien que no va a estar ahí.
Laura Puig - Psicóloga en Girona y terapia online
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