¿Y si sigues tu intuición?
Actualizado: 30 may
La palabra intuición proviene del latín intuitio que viene a significar "mirar para adentro". La intuición implica llegar a la certeza sobre algo sin haber llegado a esta conclusión a través de una explicación razonada. No se fundamenta en deducciones lógicas. La intuición se construye a partir de la observación de las situaciones, nuestra historia de vida (nuestras experiencias personales) y el análisis no consciente de un conjunto de varios factores. Pero ¿debemos fiarnos de nuestra intuición? El proceso intuitivo se relaciona con emociones, percepciones y sensaciones y, a través de este proceso, llegamos a la clarividencia sobre algo pero sin poder ofrecer una explicación lógica y/o estructurada de cómo hemos llegado a percibir lo que, para nosotros, es una obviedad. Aun así, esto no significa que el proceso intuitivo sea un proceso en el que no se tenga en cuenta la información que nos proporciona el entorno. Es decir, que de alguna manera cuando sentimos que tenemos una intuición sobre algo, previamente hemos hecho un análisis de la situación pero de una manera inconsciente. Esta certeza que nos proporciona el proceso intuitivo surge de un procedimiento automático donde se integran rápidamente los datos de los que disponemos. Se fundamenta en asociaciones y se lleva a cabo de manera implícita.
Por el contrario, a través de un análisis racional podemos llegar a una deducción lógica de manera consciente, explicita y secuencial. En cambio, en un proceso intuitivo también estamos analizando la información aunque esto no se haga de manera consciente y por tanto, la respuesta a la pregunta de si nos podemos fiar de nuestra intuición, es que sí, porque las conclusiones a las que llegamos a través del proceso intuitivo, también están basadas en la información que procede tanto de nuestra experiencia y conocimientos más o menos formales, como de la información que estamos recibiendo del entorno y la que recibimos a partir del curso que toman los acontecimientos. Aunque cabe resaltar que la intuición se construye de una forma muy subjetiva y que las conclusiones a las que nos lleva pueden estar contaminadas en cierto modo por sesgos cognitivos, nuestras creencias o nuestros sentimientos.
Por otra parte, podemos preguntarnos cuáles son los beneficios que nos puede aportar seguir nuestra intuición. Algunos de ellos son:
Nos guía y, por lo tanto, nos ayuda a tomar decisiones
Nos aporta creatividad y pensamiento innovador: La intuición puede llevarte a nuevas ideas y soluciones fuera de lo común.
Propicia que reaccionemos rápidamente ante situaciones que podrían ser peligrosas. La intuición nos permite tomar decisiones rápidas en situaciones donde no tenemos tiempo para analizar todos los detalles.
Complementa al pensamiento racional: La intuición no es opuesta al pensamiento racional, sino que puede complementarlo. Al integrar la intuición con el análisis racional, podemos tomar decisiones más equilibradas. Si combinamos la intuición con el razonamiento lógico, podemos disfrutar de los beneficios que esta combinación nos ofrece y que pueden ser de alto valor.
La intuición también nos predispone a crear aquello que intuimos que puede ser grande. La intuición se encuentra en la base de grandes descubrimientos científicos y la materialización de grandes proyectos.
La clarividencia que nos proporciona, a menudo, es más valiosa que cualquier análisis que podamos elaborar de manera explicita.
A pesar de que no es infalible , a menudo, tomamos decisiones que solo están fundamentadas en la racionalidad y, en ocasiones, el resultado tampoco acaba siendo el que preveíamos en un principio. Por otra parte, la intuición puede ser una herramienta valiosa en diversas áreas de la vida, desde la toma de decisiones hasta el desarrollo personal y espiritual. Sin embargo, es importante equilibrarla con un pensamiento crítico y análisis cuidadoso cuando sea necesario.
Laura Puig - Psícòlegs Girona - 609635831
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